Las olas de Virginia Woolf
"Un pájaro gorjeó muy alto; hubo una pausa: más abajo, otro pájaro repitió su
gorjeo. El sol utilizó las paredes de la casa y se apoyó, como la punta de un
abanico, sobre una persiana blanca; el dedo del sol marcó sombras azules en el
arbusto junto a la ventana del dormitorio. La persiana se estremeció dulcemente.
Pero todo en la casa continuó siendo vago e insustancial. Afuera, los pájaros
cantaban sus vacías melodías. "
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