En mi viaje a Praga pude pasar por algunos de los lugares más populares dedicados al gran escritor checo, Franz Kafka, que nació en la ciudad en 1883. Los amantes de la literatura encontrarán en Praga la huella de Kafka a lo largo de varios puntos relacionados con su vida y obra. Podemos empezar por la casa de Kafka en Praga, ubicada en el número 5 de la calle U Radnice, cerca de la Plaza de la Ciudad Vieja. Una placa indica este lugar, aunque la casa actual es de 1902. En la que ocupaba antes este espacio nació Kafka, el primero de seis hermanos. Del incendio del edificio original sólo se salvó el portal. Continuaremos hasta el Castillo de Praga, sitio que inspiró su obra “El Castillo”, y que aparece también en “El Proceso”. Cerca del Castillo, en el número 22 de la Callejuela del Oro, es donde vivió Franz Kafka compartiendo casa con su hermana. En esta pequeña, concurrida y colorida calle se venden sus libros y otros souvenirs relacionados con el escritor. Después de permanecer un año cerrada por obras, la Callejuela, que está dedicada enteramente a fines turísticos, ya se puede transitar. Otro sitio donde Kafka vivió fue la casa de Bbilekgasse, donde escribió “El Proceso”; en el palacio Golz-Kinský estudió el bachillerato; y en la Charles University de Praga estudió Derecho en un tiempo durante el cual se reunirá con otros escritores en un círculo literario de Praga. En 2003 se instaló en Praga el curioso Monumento a Franz Kafka una escultura de bronce del artista checo Jaroslav Róna y que se puede contemplar entre la Iglesia de Praga del Espíritu Santo y la Sinagoga Española. Desde 2005 se puede visitar el Franz Kafka Museum, donde disfrutar de una exposición interactiva a través de varias pantallas dedicadas a las obras del escritor, y conocer varios detalles de la vida del escritor (e, inevitablemente, el papel de Praga en la misma) en orden cronológico. Pero no todo para Kafka eran lugares cerrados, a pesar de lo claustrofóbica que nos resulta buena parte de su obra. El Parque de Chotek era un lugar predilecto para Kafka, que el mismo lo definió como el lugar más bello de Praga. En los Jardines de Belvedere hoy conocidos como Letenske sady, Kafka permanecía a menudo en busca de soledad en un ejercicio de introspección que tanto le gustaba al escritor.No nos podemos olvidar de los cafés de Praga, donde el escritor pasaba mucho tiempo. Aún se pueden visitar el café Slavia, el salón literario El Unicornio Dorado o el café Louvre, que guardan anécdotas del escritor. Los restos de Kafka descansan en Praga, en el cementerio judío de Olsany (el cementerio judío de Žižkov). Para concluir, sobre todo os diría que antes de viajar a la ciudad y realizar la ruta de Kafka en Praga leyerais las obras del autor para impregnaros de su personalidad, indagar en su vida y su obra para apreciar mejor el entorno que lo vio crecer. Y, aunque hoy en día las circunstancias sean tan diferentes, no resulta difícil imaginarnos al autor de “La Metamorfosis” en Praga.
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