lunes, 16 de diciembre de 2013

Alan Alexander Milne



Alan Alexander Milne
Winnie de Puh (fragmento)

" La Poesía y las Canciones no son cosas que uno atrapa, sino cosas que le atrapan a uno. Y lo único que se puede hacer es ir al lugar donde ellas te puedan encontrar. "

sábado, 14 de diciembre de 2013

Edward Bulwer-Lytton (Londres, 1803 - Londres, 1873 )

 
Edward Bulwer-Lytton fue un político, poeta y crítico británico, además de un novelista prolífico. Nació en Londres en 1803, en el seno de una prominente familia.
Niño delicado y neurótico, pero muy precoz, a los 15 años había publicado un libro, aunque de escasa calidad: Ishmael and other Poems. Estudió en el Trinity College, en Cambridge y frecuentó la alta sociedad en calidad de dandy. En 1827, contra los deseos de su madre, se casó con la irlandesa Rosina Doyle Wheeler. Debido a los lujosos gastos del matrimonio, Edward tuvo que trabajar y se convirtió en un fecundo y exitoso autor, en la misma medida que Dickens o Thackeray. Publicó novelas, poemas, obras de teatro, ensayos, cuentos, traducciones y volúmenes de historia. Su matrimonio resultó no solo un fracaso, sino además un auténtico escándalo. Rosina denunció en diversos escritos el comportamiento de su marido, y él le retiró su asignación y le negó ver a sus hijos. En 1831 resultaría elegido para el Parlamento, puesto que conservó durante nueve años. Poco después publicaría la obra que lo consagraría, Los últimos días de Pompeya (1834), el único de sus títulos que perduró. Aun así, es autor de una gran cantidad de relatos y novelas macabras, a reivindicar, como Zanoni (1842), el presente La casa y el cerebro (1859), conocida también como The Haunters and the Haunted, y que está considerado por autores de la talla de Lovecraft como el mejor cuento de casas encantadas jamás escrito, o A Strange Story (1862). Para entonces, su fama era tal que ese mismo año, tras la abdicación del rey Otto de Grecia, le fue ofrecida la corona griega, que él rechazó. En 1866, Bulwer-Lytton ascendió a la nobleza como primer Barón Lytton. Falleció el 18 de enero de 1873 de una infección de oído que le afectó al cerebro y le ocasionó un ataque.

viernes, 6 de diciembre de 2013

Thomas Mann

 
La montaña mágica (fragmento)

Tal era la imagen que el anciano, durante su vida y después de ella, mostraba a la mirada de sus conciudadanos, y aunque el pequeño Hans Castorp no entendía nada de los asuntos públicos, sus ojos infantiles, de mirada contemplativa, hacían poco más o menos las mismas observaciones -observaciones mudas y, por consiguiente, faltas de crítica, aunque llenas de vida y que más tarde, como recuerdo consciente, conservaron su carácter hostil a todo análisis verbal, siendo tan sólo afirmativo-. Como ya se ha dicho, la simpatía estaba presente, era una afección y afinidad íntima que a veces franquea la barrera de las generaciones. Los niños contemplan para admirar y admiran para aprender y desarrollar lo que llevan por herencia. "

La señorita Mapp de E.F. Benson

 
Una comedia chispeante y antológica que nos recuerda al mejor Wodehouse. Un clásico que constituye una de las cumbres de su autor.
La señorita Mapp (a la que ya conocimos en la soberbia Mapp y Lucía) es una de las más excéntricas damas villanas de la comedia British. Reina y señora del pueblecito costero de Tilling, a cuyos habitantes maneja con mano de hierro en guante de terciopelo, la señorita Mapp es avara, intrigante y rencorosa, además de una cotilla de cuidado. Una mujer, en suma, tan fascinante y letal como una cobra. En Tilling someterá a padecimientos sin cuento a su círculo social: el mayor Benjamin Flint, obsesionado con el whisky y el golf, y con quien la señorita Mapp lleva años intentando casarse sin éxito; su secuaz, el capitán Puffin, un don nadie que se ahoga en un vaso de agua; el discreto señor Wyse, que mantendrá una relación no tan discreta con la pretenciosa Susan Poppit, miembro de la Orden del Imperio Británico y as del bridge; la desgraciada Godiva Plaistow o el «Padre», un sacerdote que está convencido de que habla en escocés.

Iolanta de Modest Tchaikovsky


Modest Tchaikovsky
Iolanta (fragmento)

"
(Un jardín bello y exuberante en el que se halla una gran residencia. En la parte inferior de la escena, hay arbustos de rosa en flor, y árboles frutales. Cuatro músicos tocan. Yolanda recoge fruta de los árboles, encontrándolos mediante el tacto. Para ayudarla, Brigitta, Laura y varios sirvientes sostienen las ramas que tienen fruta madura. Marta lleva un cesto, dentro del que Yolanda pone la fruta, poco a poco Yolanda deja caer los brazos)

MARTA
¿Yolanda, pequeña, estás cansada?

YOLANDA
¿Cansada?...
No lo sé realmente.

(suspirando)

¡Sí!
Dime una cosa, ama...

MARTA
¿Qué es, querida?

YOLANDA
¿Siento que algo me falta...
¿pero qué?
Me gustaría saberlo.
Mi padre, tú, Marta...

(se vuelve a donde cree que están los demás, que se mueven en consecuencia)

y vosotros, queridos amigos,
vosotros que os desvivís por mí.
¡Que alegráis mi vida con tanto amor
y no os recompenso suficientemente!


MARTA
Estamos aquí para servirte:
¡Tú eres la señora
y nosotros tus siervos!

YOLANDA
Eso no es verdad: ¡sois mis amigos!
Oh Marta, siento que necesito algo...
¿pero qué?... No lo sé.

MARTA
(llorando)
Ven, basta, Yolanda, mi pequeña.

YOLANDA
¡Un momento! Ven hacia mí...
Ven un poco más cerca...

(Toca los ojos de Marta)

¿Estás llorando? ¿Por qué esas lágrimas?

MARTA
¿Cómo puedo sentirme tranquila,
cuando sé que tú también lloras?

YOLANDA
Efectivamente, Marta, lloro,
pero no muestro mis lágrimas.
Mi voz era firme y sin temblor...
Tú no me tocaste los ojos...
¿Cómo, sabes que estaba llorando?

(confundida, Marta guarda silencio)

¡Hay algo que me ocultas,
algo que no me quieres decir!

MARTA
¡Debemos irnos!
"

miércoles, 4 de diciembre de 2013

Stefan zweig, Thomas Mann....

Edmée Elizabeth Monica Dashwood

 

Delafield, E.M.

E. M. Delafield (1890–1943) fue una prolífica y famosa escritora inglesa. Hija de la novelista Mrs. Henry de la Pasture, decidió utilizar el seudónimo de E. M. Delafield para diferenciarse de ella.
Recibió una educación clásica y victoriana y en 1911 entró como postulante en un convento belga, cuya experiencia relató en The Brides of Heaven (1931).
En 1919 se casó con Paul Dashwood, un ingeniero de caminos convertido en administrador de propiedades con el que viviría varios años en el Sureste asiático hasta que se instalaron en Croyle, Devon, donde nacieron los dos hijos del matrimonio y Delafield escribió muchas de las más de treinta novelas por las que sería recordada.
En 1929, la editora de la liberal y feminista revista semanal Time and Tide le pidió que colaborara con una columna. Así nació Diario de una dama de provincias, el divertidísimo relato, parcialmente autobiográfico, de las miserias y fortunas de una dama en una ciudad de provincias. El éxito fue inmediato, las columnas fueron recogidas en hasta cuatro volúmenes que la convirtieron en una de las novelistas más populares y queridas de su época. En 1930 se publicó Diario de una dama de provincias, dos años después The Provincial Lady Goes Further; en 1933 se reunieron en el volumen The Provincial Lady in America, las columnas en las que relataba su experiencia en Estados Unidos de gira literaria, columnas que además aparecieron en la revista americana Punch. Y finalmente The Provincial Lady in Wartime, que se publicó en 1940. Asimismo, también se realizó una serie radiofónica de sus columnas popularizada por la radio británica. 



lunes, 2 de diciembre de 2013

Los habitantes del bosque de Thomas Hardy

El notario del Pueblo de Jozsef Eotvos



 El notario del pueblo (fragmento) de Jozsef Eotvos
" Es ya un hecho reconocido que, de todos los factores que determinan el bienestar de un pueblo y por lo tanto el vigor de un país en su conjunto, ninguno es más importante como el estado de la educación. Por lo tanto, ningún país puede reclamar que se ejecute correctamente a menos que ponga más atención a su sistema educativo. "

La trilogía de Tora de Herbjorg Wassmo






Al amor de Franz Grillparzer


Franz Grillparzer
Al amor (fragmento)

"
Ser derrotado por los dulces encantos
que inflaman los corazones, ser cautivado
por el frecuente flujo de lágrimas de dicha
y dolor vertidas, ser herido por las flechas que
abandonan al rey en la persona de un mendigo.
Únicamente la hermosa Antonieta no claudica
y rechaza mis suaves murmullos.
"