miércoles, 24 de julio de 2013

Gustave Flaubert " La Educación sentimental"



"A principios de aquel invierno, Frédéric y Deslauriers hablaban en el rincón del fuego, reconciliados, una vez más, por el fatalismo de su naturaleza, que los obligaba a reunirse siempre y a amarse.
El uno explicaba sucintamente su ruptura con la señora Dambreuse, que había vuelto a casarse con un inglés. El otro, sin decir cómo fue su matrimonio con la señorita Roque, contaba que su mujer, un hermoso día, se había escapado con un cantante. Para lavarse un poco de aquel ridículo se había comprometido en su gobierno por exceso de celo gubernamental y le habían destituido. Después fue jefe de colonización en Argelia, secretario de un bajá, gerente de un periódico, corredor de anuncios, para concluir empleado de lo contencioso en una compañía industrial.
En cuanto a Frédéric, habiéndose comido las dos terceras partes de su fortuna.
Vivía modestamente. Después se informaron mutamente de sus amigos.
Martinon era, ahora, senador.
Hussonnet ocupaba un alto cargo, donde tenía a su disposición todos los teatros y toda la prensa.
Cisy, metido en la religión y padre de ocho hijos, vivía en el castillo de sus abuelos.
Pellerin, después de haber caído en el fourierismo, la homeopatía, las mesas giratorias, el arte gótico y la pintura humanitaria, se hizo fotógrafo, y sobre todas las paredes de París se le veía representado de frac negro, con un cuerpo minúsculo y una cabeza gorda.
-¿Y tu íntimo Sénécal?-preguntó Frédéric.
-Desapareció; no sé. ¿Y tu gran pasión, la señora Arnoux?
-Debe de estar en Roma con su hijo, teniente de cazadores.
-¿Y su marido?
-Murió el año pasado. 
-Anda- dijo el abogado. Y después, dándose un golpe en la frente, añadió-: A proposito, el otro día, en una tienda, me encontré a aquella buena mariscala, llevando de la mano a un muchachito que ha adoptado"

No hay comentarios:

Publicar un comentario