jueves, 11 de julio de 2013

La caída de los gigantes de Ken Follet {Cartas de amor de Walter von Ulrich a Lady Maud Fitzherbert}



Queridisima mía:

Zurich es una ciudad fría que se encuentra junto a un lago [escribio Walter], pero el sol brilla sobre el agua, en las boscosas laderas que lo rodean y en los Alpes, a los lejos. Las calles están proyectadas en forma de cuadrícula, sin ninguna curva: ¡Los suizos son todavía más ordenados que los alemanes! Ojalá estuvieras aquí, mi estimada amiga. ¡¡¡ Ojalá estuvieras conmigo allá adonde voy!!!. {página 711}

....Me pregunto si sufres el bochorno de recibir la atención no deseada de pretendientes a quienes todos consideran buenos partidos. Eres tan hermosa y encantadora que seguro que sí. Yo tengo el mismo problema. No cuento con tu belleza ni tu encanto, pero, a pesar de eso, sí que recibo atenciones. Mi madre ha escogido a alguien para casarme, una antigua amistad de mi hermana, una persona a la que conozco de siempre y que siempre me ha gustado. Durante un tiempo me resultó muy dificil, pero me temo que al final esa persona ha descubierto que tengo una amistad que impide mi matrimonio. Sin embargo, me parece que nuestro secreto está a salvo.
...Dentro de unos días estaré en Estocolmo, otra fría ciudad junto al agua, y podrías mandarme una carta al Gran Hotel de allí. [Suecía, al igual que Suiza, era un país neutral que disponía de servicio postal en Inglaterra] ¡¡¡ Me encantaría recibir noticias tuyas!!!

Hasta entonces, querida mía , recuerda a tu amor. Waltraud {Página 712}


Amada mía:

Es invierno en Alemania y en mi corazón. No encuentro las palabras para decirte lo mucho que te amo y te echo de menos. Soy uno más del millón de hombres que vivimos separados de la mujer a la que amamos, y el viento del norte azota nuestras almas. Este es un mundo frío o inhóspito para mí, como debe de serlo también para ti, pero lo más difícil de soportar es nuestra separación. No puedo contarte mucho, pero quiero que sepas que te soy fiel... y las sagradas promesas que nos hicimos la última vez que estuvimos juntos. Pienso a diario en el momento en que volvamos a encontrarnos, a mirarnos a los ojos y a decirnos "Hola, mi amor".

Hasta entonces, recuérdame

{Página 596}

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